Hasta hoy por las 03h15 AM desconocía la verdadera utilidad de las cunetas de las vías panamericanas, creía que sólo servían para recolectar las aguas lluvias y evitar que su poder erosivo rayara la calzada de las asfaltadas vías, o en el peor de los casos, que eran meramente decorativas. Hoy lo supe y a fuerza, cuando el rugir de la carrocería al rozar el duro borde de la cuneta trunco el ultimo sueño, que planeaba iniciar antes de llegar a Loja. Lo supe cuando los estruendosos gritos de una mujer caída en la desesperación, se unió a la de otras tantas y cual sonoro despertador irrumpieron mis sentidos. Yo estaba quieto esperando el golpe final para evaluar la situación y buscar una salida. Lo supe cuando luego de volver a la vía, los improperios afloraban a los labios de la gente, ya más calmada y con ira, en contra del conductor que oso dormir en horas de trabajo. Lo supe también cuando vi la marca de la cuneta impresa en la pintura vieja del bus; y finalmente, cuando al interrogar
..venga la olla de agua hirviendo y el chucho para filtrar...