Me causo mucha sorpresa el frenaso del vehiculo, minutos antes, note que el conductor, trataba de ubicar algo, al margen derecho de la vía El empalme - Catacocha.
Al volver, nos combido, lo que a su juicio era el mejor dulce de la provincia de Loja, y por tanto del Ecuador. Esos bocadillos, que sólo se hacen aca, un manjar hecho maní y miel de caña. Un manjar que no puedo dejar de probar cuando viajo hacia Pindal.
Luego cuando tuvimos, mi familia y yo, la oportunidad de volver en auto por el mismo lugar del frenaso repentino. Senti personalmente, la sensación que aquel conductor sintio en su momento, pues parecia que hubiese perdido algo, y reduje la velocidad mientras miraba el filo del asfalto para ubicarlo. De pronto allí estaba la casita de adobe, con un gran corredor y una vitrina, que delataban que allí era el lugar.
Al calor de la hornilla de leña; un pailón, miel casi a punto y, maní cocido y molido, se estaban preparando para ser más tarde aquel delicioso bocado de dulce.
Pero luego de asimilado el sabor, lo que impregna un sabor mayor, es la dedicación de las personas. En esta casa vive la tercera generación de fabricantes de este dulce y cuidan con mucho amor la tradición. Con orgullo nos cuentan que esos bocadillos son muy conocidos e incluso la televisión hizo un reportaje, lo cual nos llena de orgullo por ser lojanos y tener estas cosas únicas sinónimo de lojanidad.
Al volver, nos combido, lo que a su juicio era el mejor dulce de la provincia de Loja, y por tanto del Ecuador. Esos bocadillos, que sólo se hacen aca, un manjar hecho maní y miel de caña. Un manjar que no puedo dejar de probar cuando viajo hacia Pindal.
Luego cuando tuvimos, mi familia y yo, la oportunidad de volver en auto por el mismo lugar del frenaso repentino. Senti personalmente, la sensación que aquel conductor sintio en su momento, pues parecia que hubiese perdido algo, y reduje la velocidad mientras miraba el filo del asfalto para ubicarlo. De pronto allí estaba la casita de adobe, con un gran corredor y una vitrina, que delataban que allí era el lugar.
Al calor de la hornilla de leña; un pailón, miel casi a punto y, maní cocido y molido, se estaban preparando para ser más tarde aquel delicioso bocado de dulce.
Pero luego de asimilado el sabor, lo que impregna un sabor mayor, es la dedicación de las personas. En esta casa vive la tercera generación de fabricantes de este dulce y cuidan con mucho amor la tradición. Con orgullo nos cuentan que esos bocadillos son muy conocidos e incluso la televisión hizo un reportaje, lo cual nos llena de orgullo por ser lojanos y tener estas cosas únicas sinónimo de lojanidad.
Madre e hijo, guardan esta rica tradición
Tuvimos la oportunidad de probar la mezcla de bocadillo antes de ser vaciada en los moldes, tiene unsabor exquisito.
Comentarios
Como olvidar uno de los mejores manjares de nuestra provincia que todavía nos lo podemos permitir, es una pena que por aca en España no pueda seguir disfrutando de estos deliciosos dulces. Me conformo con comerme un trozo de pan con chorizo o mortadela que es el bocadillo que se conoce por estos lares, que no tienen nada que ver con "Los propios bocadillos de Catacocha".
Un abrazo.
Felicitaciones